Por: Xosé Dominguez | Fotógrafo

De igual manera que todo en este mundo tiene un por qué, una lógica y un sentido, también las cosas cotidianas y corrientes encierran una belleza que solo se muestra a las personas que están dispuestas a encontrarla.

Desde la más simple hoja de papel hasta la pared medio caída de una casa abandonada, pasando por la estructura metálica de una construcción, todo tiene un ángulo, una textura y una luz que hace proyectar esa belleza y que las hace diferentes ante nuestros ojos; todo depende del momento de luz que tengamos en ese instante, del ángulo desde el que estemos y sobre todo de nuestra capacidad para verla.

Mi experiencia personal me pide hacer este tipo de fotografías en blanco y negro. Con ello consigo que las líneas de los objetos sean limpias y definidas y nos quitamos la distracción que nos produce el color. En este tipo de fotografías suelo usar el color solo para dar mayor profundidad al objeto fotografiado o resaltar alguna parte de él, siempre y cuando no resulte una distracción y le quite protagonismo a dicho objeto.